la vampira del carrer de Ponent (actual calle Joaquin Costa). Ésta se dedicaba a secuestrar niños y niñas de corta edad a los que prostituía. Después los asesinaba para extraerles la grasa, el tuétano y la sangre del cuerpo, elementos con los cuales elaboraba recetas “supuestamente mágicas” para clientes influyentes.
Todo esto salió a la luz a raíz de la desaparición de Teresita Guitart, niña que encontró la policía en el domicilio de Enriqueta. Lo que éstos allí se encontraron fue aterrador: restos de hasta 30 niños diferentes y hasta 50 frascos de grandes dimensiones con huesos, sangre y grasa humana. Todo esto acompañado de antiguos libros de recetas mágicas para realizar hechizos y sortilegios.
Tras el consiguiente juicio, la vampira fue condenada a muerte. Pero antes de que esto sucediera sus compañeras de la cárcel la torturaron y acabaron matándola aplastándole la cabeza con una piedra. La lista de sus influyentes clientes nunca salió a la luz. Desde el principio se sospechó que la muerte de Enriqueta fue un encargo de uno sus influyentes clientes.
Todo esto salió a la luz a raíz de la desaparición de Teresita Guitart, niña que encontró la policía en el domicilio de Enriqueta. Lo que éstos allí se encontraron fue aterrador: restos de hasta 30 niños diferentes y hasta 50 frascos de grandes dimensiones con huesos, sangre y grasa humana. Todo esto acompañado de antiguos libros de recetas mágicas para realizar hechizos y sortilegios.
Tras el consiguiente juicio, la vampira fue condenada a muerte. Pero antes de que esto sucediera sus compañeras de la cárcel la torturaron y acabaron matándola aplastándole la cabeza con una piedra. La lista de sus influyentes clientes nunca salió a la luz. Desde el principio se sospechó que la muerte de Enriqueta fue un encargo de uno sus influyentes clientes.